Es esencial para toda biblioteca poseer fuentes que brinden información relevante a sus usuarios. De esto se encarga el desarrollo de colecciones. Negrete Gutiérrez (2003) define ese concepto como el proceso que se lleva a cabo en la biblioteca para orientar, formar, conservar y mantener colecciones coherentes y adecuadas que respondan de manera efectiva y oportuna a las necesidades y demandas de información de su comunidad usuaria (p. 6). El desarrollo de colecciones conlleva la evaluación, adquisición y descarte de materiales. Dichos procedimientos son la clave para asegurar que las colecciones de la biblioteca permanezcan actualizadas, de un tamaño adecuado y en cumplimiento con las limitaciones del presupuesto de la unidad.

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De acuerdo con la American Library Association (2021), un bibliotecario debe ser capaz de aplicar los conceptos y métodos de manejo de colecciones mientras adquiere, selecciona, compra, procesa, guarda y descarta recursos. Asimismo, es crucial que se mantenga al tanto de las necesidades culturales de la comunidad usuaria con tal de garantizar que estas se vean reflejadas en las colecciones (ALA, 2021). El bibliotecario debe llevar a cabo las tareas anteriores teniendo en cuenta el ciclo de vida de los recursos de información según su género y formato de material (ALA, 2021).

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Comencé a adquirir conocimientos sobre el desarrollo de colecciones cuando tomé el curso CINF6809 con la Dra. Claudia de Souza. Aprendí sobre los aspectos fundamentales de la selección, adquisición, evaluación y descarte de recursos bibliotecarios de diversos tipos como lo son los libros, bases de datos y revistas, entre otros más. Además, analicé las tendencias del desarrollo de colecciones tanto a nivel local como global y me familiaricé con el rol del mercado de libros en el proceso. Otro curso que me enseñó sobre esta disciplina en el contexto de referencias fue CINF6807, ofrecido por la Dra. Julia Vélez. Me familiaricé con los procedimientos para desarrollar y mantener colecciones de referencia. Asimismo, evalué fuentes de referencia primarias y secundarias, entre las que se encontraban bases de datos, diccionarios, tesauros, índices, atlas, revistas y documentos gubernamentales.